BULLYNG EN LA ADOLESCENCIA



BULLYING EN LA ADOLESCENCIA






Alrededor de un 10% de los adolescentes confiesan que han sufrido o sufren conductas de bullying en alguna ocasión,y es que este fenómeno ha causado ya numerosos daños entre los adolescentes, llegando incluso en algunos casos al suicidio.








Normalmente el acoso escolar o bullying surge de forma espontánea, y suele iniciarse como una gracia que, por extraño que parezca, no es en absoluto censurada, y el menor agresor no solo no es recriminado por algún adulto (si está presente) o por sus compañeros, sino que estos le ríen la gracia y le felicitan por su ocurrencia, por lo que se ve reforzado y justificadosocialmente, y tenderá a repetir su conducta para volver a recibir los elogios de los demás.


Una situación que de repetirse, y volverse a ver reforzada, va a iniciar un círculo vicioso de agresividad como forma de aceptación y de obtener refuerzo social por parte del agresor, en detrimento del agredido, que ve mermada su valoración social además de su autoestima, convirtiéndose en muchos casos en el chivo espiratorio, sobre el que cargar las culpas cuando ocurre que un profesor regaña al agresor o a sus compañeros.





Cualquier cosa puede servir como excusa para que se inicie una situación de acoso, ya sea que la víctima es el nuevo que acaba de llegar, que tiene otro color de piel, un acento raro o, simplemente, por su forma de pensar o vestir; todo vale para iniciar el acoso que, además, tendrá mejor aceptación por parte de sus compañeros cuando esas diferencias sean más evidentes externamente.


La situación de acoso puede también originarse como una forma de desahogo de situaciones estresantes en el seno de la familia del acosador, y esto no depende tanto del estatus económico de los progenitores, sino de la forma en que éstos se relacionan, resultando más probable que surjan en los momentos de cambios, como ante un divorcio o separación, sobre todo cuando no se hace de forma amistosa.





Igualmente, vivir en casa una situación de maltrato va a hacer que el niño vea dicha conducta como algo normal y que después la exprese en el colegio contra una víctima a la que escoge, del mismo modo que lo ha vivido en casa. Algunos estudios han intentado relacionar estas conductas de agresividad con el constante consumo de violencia gratuita en la televisión, aunque los datos no son concluyentes, ya que depende mucho más de los valores de la propia familia.

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